MARLENE TESTA
mtesta@laestrella.com.pa
Contaminación global por
esta sustancia se duplica. Panamá busca legislación para manejo adecuado de los
desechos
2013-01-14 — PANAMÁ. Mucho se ha hablado sobre el daño que puede causar el
mercurio en la salud de las personas pero poco se ha hecho para evitar que este
llegue hasta nosotros. Y ahora el metal supone un amenaza mayor para los
humanos porque sus emisiones se han duplicado desde el 2005, según establece un
estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA),
titulado ‘Mercurio es tiempo de actuar’.
Está comprobado que la sustancia puede causar distintas enfermedades que pueden ir desde afecciones en los riñones, los pulmones, el sistema inmunológico, los ojos, las encías, la piel y el sistema nervioso. En el peor de los casos, una intoxicación puede causar cáncer en las vísceras, explicó Jorge Conte, fundador y director de la Alianza Contaminación Cero, una organización que promueve la disposición adecuada de los desechos del mercurio.
INGESTA
La pregunta es, ¿cómo llega el mercurio hasta los humanos? Este metal se encuentra presente en algunas pilas que usamos para poner a funcionar juguetes, linternas y electrodomésticos. Está, además, en los termómetros que usan las enfermeras para tomar la temperatura, en las lámparas flourescentes, focos de bajo consumo y en las amalgamas dentales.
La mayoría de las veces los desechos de estos productos llegan a los lotes baldíos, quebradas y ríos. Cuando empiezan a descomponerse liberan los metales con los que son producidos. El mercurio se convierte en metilmercurio y este es ingerido por los peces y otros mariscos, moluscos y algas. Y llega hasta los humanos a través del consumo de estos animales, detalló Conte.
¿QUÉ HACER?
La contaminación por este metal no se detiene. Más bien sigue en aumento. En el último siglo su presencia se ha duplicado en los océanos, señala el informe del PNUMA.
No obstante, la mayoría de las emisiones de mercurio que se generan a nivel global provienen de la actividad minera ya que la sustancia se usa para limpiar el oro. Las pequeñas explotaciones de oro producen el 35% de la polución por mercurio. Esto se traduce en unas 727 toneladas anuales. Por otra parte, la quema de carbón para generar electricidad contribuye con un 24%, es decir, 475 toneladas al año, de acuerdo con el informe del PNUMA, publica en la Agencia de Noticias EFE.
En Panamá, la lucha para detener la huella de mercurio promueve la creación de una legislación. El diputado Víctor Juliao, presidente de la Comisión de Población, Ambiente y Desarrollo de la Asamblea Nacional, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) y la Alianza de Contaminación Cero han empezado a trabajar en el documento. ‘Lo que se busca es que se establezcan mecanismos para identificar, separar, recuperar, tratar y disponer adecuadamente de estos residuos’, dijo Conte.
A nivel internacional, se busca crear un tratado para la eliminación de fuentes de mercurio. De hecho, el sábado inició en Ginebra, Suiza, la quinta reunión intergubernamental sobre esta sustancia. En ella participan 120 países. ‘De allí debe salir un tratado’, afirmó el fundador y director de la Alianza Contaminación Cero.
Se estima que 15 millones de personas de África, Asia y América del Sur pueden verse afectadas por la mala disposición de estos residuos.
Está comprobado que la sustancia puede causar distintas enfermedades que pueden ir desde afecciones en los riñones, los pulmones, el sistema inmunológico, los ojos, las encías, la piel y el sistema nervioso. En el peor de los casos, una intoxicación puede causar cáncer en las vísceras, explicó Jorge Conte, fundador y director de la Alianza Contaminación Cero, una organización que promueve la disposición adecuada de los desechos del mercurio.
INGESTA
La pregunta es, ¿cómo llega el mercurio hasta los humanos? Este metal se encuentra presente en algunas pilas que usamos para poner a funcionar juguetes, linternas y electrodomésticos. Está, además, en los termómetros que usan las enfermeras para tomar la temperatura, en las lámparas flourescentes, focos de bajo consumo y en las amalgamas dentales.
La mayoría de las veces los desechos de estos productos llegan a los lotes baldíos, quebradas y ríos. Cuando empiezan a descomponerse liberan los metales con los que son producidos. El mercurio se convierte en metilmercurio y este es ingerido por los peces y otros mariscos, moluscos y algas. Y llega hasta los humanos a través del consumo de estos animales, detalló Conte.
¿QUÉ HACER?
La contaminación por este metal no se detiene. Más bien sigue en aumento. En el último siglo su presencia se ha duplicado en los océanos, señala el informe del PNUMA.
No obstante, la mayoría de las emisiones de mercurio que se generan a nivel global provienen de la actividad minera ya que la sustancia se usa para limpiar el oro. Las pequeñas explotaciones de oro producen el 35% de la polución por mercurio. Esto se traduce en unas 727 toneladas anuales. Por otra parte, la quema de carbón para generar electricidad contribuye con un 24%, es decir, 475 toneladas al año, de acuerdo con el informe del PNUMA, publica en la Agencia de Noticias EFE.
En Panamá, la lucha para detener la huella de mercurio promueve la creación de una legislación. El diputado Víctor Juliao, presidente de la Comisión de Población, Ambiente y Desarrollo de la Asamblea Nacional, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) y la Alianza de Contaminación Cero han empezado a trabajar en el documento. ‘Lo que se busca es que se establezcan mecanismos para identificar, separar, recuperar, tratar y disponer adecuadamente de estos residuos’, dijo Conte.
A nivel internacional, se busca crear un tratado para la eliminación de fuentes de mercurio. De hecho, el sábado inició en Ginebra, Suiza, la quinta reunión intergubernamental sobre esta sustancia. En ella participan 120 países. ‘De allí debe salir un tratado’, afirmó el fundador y director de la Alianza Contaminación Cero.
Se estima que 15 millones de personas de África, Asia y América del Sur pueden verse afectadas por la mala disposición de estos residuos.
NOTA: El artículo original lo podrá encontrar en la siguiente dirección: