Los productos orgánicos no contienen conservantes o aditivos de origen químico, con ellos no introducimos en nuestro organismo determinados productos que pueden resultar peligrosos para nuestra salud. Al no presentar estos componentes, nuestro organismo asimila de forma óptima los nutrientes de estos alimentos.
Al no haber sido tratados con pesticidas permite, además de evitar que nuestro organismo se convierta en un almacén de residuos tóxicos y podamos desarrollar un determinado cáncer, la incidencia de alergias relacionadas con ciertos productos químicos. Algunos pesticidas se llegan a incorporar en el alimento y no se elimina.
Otra razón con gran peso y más con la actual situación climática, es la sostenibilidad que presentan los cultivos ecológicos con su entorno, el medio ambiente es respetado, no se contamina, no se vierten a la tierra determinados residuos y el ahorro energético es superior al del cultivo de producción.
Vuelve a las raíces del verdadero sabor, los alimentos orgánicos al no haber sido alterados químicamente y cosechados en su correcto ciclo vital, contienen su sabor original.
Por último y no menos importante, estar a salvo de lo que se ha dado en llamar transgresiones biológicas, es decir, los cambios del equilibrio natural de las funciones biológicas. Las vacas son animales herbívoros, es decir que se alimentan naturalmente de vegetales (forrajes, hierbas, raíces, etc.), alterar su sistema de alimentación usando harinas cárnicas para el engorde y producción intensiva de su carne ha dado lugar a la aparición de una gravísima enfermedad nunca descrita anteriormente en humanos. La enfermedad de Creutzel Jacobs, también conocida como el mal de las vacas locas. En este mismo sentido, las alteraciones genéticas en los cultivos para cambiar las características biológicas de los productos (alimentos transgénicos) son una grave incógnita para el futuro, aunque hoy se haga de ello elogio como ejemplo del avance del conocimiento científico aplicado a la producción alimentaria.
En definitiva estamos ante el gran desafío del siglo XXI. Si la producción intensiva fue la respuesta de la vieja Europa ante el fantasma del hambre tras las contiendas mundiales, la alimentación limpia y equilibrada debe ser la apuesta de nuestra sociedad del bienestar para garantizar un futuro sostenible y con salud para todos.
Al no haber sido tratados con pesticidas permite, además de evitar que nuestro organismo se convierta en un almacén de residuos tóxicos y podamos desarrollar un determinado cáncer, la incidencia de alergias relacionadas con ciertos productos químicos. Algunos pesticidas se llegan a incorporar en el alimento y no se elimina.
Otra razón con gran peso y más con la actual situación climática, es la sostenibilidad que presentan los cultivos ecológicos con su entorno, el medio ambiente es respetado, no se contamina, no se vierten a la tierra determinados residuos y el ahorro energético es superior al del cultivo de producción.
Vuelve a las raíces del verdadero sabor, los alimentos orgánicos al no haber sido alterados químicamente y cosechados en su correcto ciclo vital, contienen su sabor original.
Por último y no menos importante, estar a salvo de lo que se ha dado en llamar transgresiones biológicas, es decir, los cambios del equilibrio natural de las funciones biológicas. Las vacas son animales herbívoros, es decir que se alimentan naturalmente de vegetales (forrajes, hierbas, raíces, etc.), alterar su sistema de alimentación usando harinas cárnicas para el engorde y producción intensiva de su carne ha dado lugar a la aparición de una gravísima enfermedad nunca descrita anteriormente en humanos. La enfermedad de Creutzel Jacobs, también conocida como el mal de las vacas locas. En este mismo sentido, las alteraciones genéticas en los cultivos para cambiar las características biológicas de los productos (alimentos transgénicos) son una grave incógnita para el futuro, aunque hoy se haga de ello elogio como ejemplo del avance del conocimiento científico aplicado a la producción alimentaria.
En definitiva estamos ante el gran desafío del siglo XXI. Si la producción intensiva fue la respuesta de la vieja Europa ante el fantasma del hambre tras las contiendas mundiales, la alimentación limpia y equilibrada debe ser la apuesta de nuestra sociedad del bienestar para garantizar un futuro sostenible y con salud para todos.
Fuente: El Mercadito Biológico
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Muchas felicitaciones por la apertura de la nueva tienda orgánica en la Ciudad de Panamá "El Mercadito Biológico", hay gran variedad de vegetales y frutas orgánicas, a precios muy accesibles, también venden diversos granos y otros productos importados, y lo que más me encanta es que todo posee sus certificaciones orgánicas correspondientes, puedes pedirlas! Tienen una cafetería tipo deli orgánico y reparten a domicilio sus productos en ciertas urbanizaciones, saludos a Raquel y Melissa, celebramos que cada vez hay más opciones de alimentación orgánica y saludable en nuestro país, y de parte de ECOLOGICAMENTE CORRECTO les deseamos muchos éxitos, ya soy una cliente fija desde el primer día.
Para ver la ubicación, horarios y demás información, pueden visitar su página en facebook: http://goo.gl/pC425