A finales del pasado mes de noviembre, empezó a funcionar en el Vaticano un nuevo sistema de energía solar... 2,400 paneles fotovoltaicos cubren el techo de la Sala Nervi, donde se celebran las audiencias generales y se realizan diversos conciertos. Cuando la sala no esté en uso, la energía solar acumulada y transformada en electricidad será re-dirigida a los edificios colindantes de la Ciudad del Vaticano. Con esta iniciativa la Santa Sede reducirá sus emisiones de dióxido de carbono, y demuestra así su apoyo a las energías alternativas renovables, y su compromiso con la conservación del planeta. Medidas como éstas son de celebrar e imitar...ojalá nuestros gobiernos sigan su ejemplo.
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